11 jul 2011

Odisea II

Mi odisea; tal cual invierno en mis primaverales abriles, ese eres tú,mi mal querer.
Y te extraño con ponzoñosa entrega
y te espero como virgen en el altar.
Cual martir no deja de agonizar y aclama por un mundo lleno de paz.

Sacrilegio eres tú
exquisitez de tu vanidad.
¿Por qué me haces sufrir?¿por qué no me dejaz en paz?
¿entiendes? que yo, te amé de verdad.
entiendes, quizás que yo te pude brindar tanta calma y felicidad...

No que va, que has de entender
si juegas al don Juan con armas de verdad
la dulzura, tu caballerosidad se esfumaron desde que te quité el antifaz
quedando tan sólo tu sepulcro existencial, pura fealdad colateral.

2 comentarios:

David dijo...

"Como todo buen Narciso nadie como yo pero el espejo le devuelve una mirada de misterio de terror y de fascinación"

- χΞη∆ * dijo...

El espejo siempre fue su toque final, aquella verdad que lo devolvía a la realidad. El terror y la fascinación tan innatas iban que de la mano se reían y a sus espaldas lo escupían .
Un saludo!